El Poney Pisador

¡Merri Crismas!

Jo jo jo ¡Merri Crismas an a japi niu llear!

Qué bonita la navidad con todos sus pormenores. Unas fiestas diseñadas para:
a) Gastarte todo el dinero que has ahorrado durante el año en regalos para gente que en su mayoría o no te caen bien, o se merecen una boñiga en una bolsa o ambas cosas.
b) Ver a familiares lejanos de los que normalmente negarías cualquier tipo de parentesco e intercambiar las típicas frases de "A ver si quedamos para salir un día"
c) Hincharte de comer tirando por la borda cualquier futil intento de eliminar el culo de pera de meses anteriores.
d) Tener que contar a todo el mundo lo miserable que es tu vida porque todavía (TODAVÍA) no has acabado la carrera y aguantar que te miren con cara descompuesta y te suelten "No te preocupes, ya verás como al final sale" como si eso no te lo repitieses tú cada día mientras la hoja de afeitar amenaza peligrosamente tus venas.
e) Sufrir numerosas y humillantes compraciones con primas, hermanas, sobrinas y demás suerte de familiares femeninos que al parecer son mucho más triunfadoras que tú por ser más guapas y delgadas.

Ahh, la Navidad. Como me gustan. Recuerdo cuando era pequeña y contaba los días que quedaban para navidad desde el verano, ilusionada con el tema de los regalos y los turrones y todo el plan de los Reyes Magos. Porque sí, ahora resulta que nadie se tragaba lo de los Reyes Magos con 8 años y que no hacían más que fingir delante de sus padres para que no se sintiesen unos imbéciles por hablar de magia y esas cosas.

Pues yo me lo creía a pies juntillas. Yo era de las que le dejaba cubatas a los Reyes y zanahorias a los camellos. ¡Y luego no estaban! ¿Qué queríais que pensase? ¿Que mis padres, en una retorcida conspiración nacional, se levantaban por la noche a beberse los cubatas y a echar las zanahorias al puchero?

Porque no hay conspiración mundial mejor montada y mantenida que la de los Reyes Magos y Papá Noel. Que monten cavalgatas donde gente se disfraza de Reyes Magos, que Correos tenga un buzón especial para echar la carta a los Reyes, que hagan el paripé de desembarcar en el puerto haciendo como si viniesen de Oriente, que el telediario haga reportajes sobre lo mucho que están trabajando estos días los Reyes Magos. ¡Que son niños!

¿Armas de destrucción masiva? ¡JA! Yo me río de las conspiraciones de Expediente X. Hacerte creer hasta los *tos*11 años*tos* que tres desconocidos suben por el balcón y dejan en tu salón los regalos que has pedido es la mayor de las crueldads. Aunque debí sospechar cuando mis padres estaban resacosos al día siguiente y oliendo a los cubatas que le dejé a los Reyes que aquello no tenía buena pinta.

En fin, la Navidad. Qué le vamos a hacer. Yo misma fomenté la Mentira anoche entre mis primas pequeñas que realmente creían que esa Muñeca del Infierno que hablaba y se hacía caquita se la habia dejado un gordo vestido de rojo. ¿Quién soy yo para destruir su mundo de fantasía? Ya se traumatizarán bastante cuando se den cuenta de que sus padres tuvieron que tener sexo forzosamente para tenerlas.

Porque mis padres, lo que se dice mis padres, sólo han tenido sexo entre ellos tres únicas veces en su vida, una para cada una de mis hermanas. Y ni una más. Mis padres no hacen esas cosas entre ellos. No no no. Y que nadie me saque de mi mundo de fantasía.