13 de Mayo 2004

LOS EXAMENES

Esto es un texto que mando Kibil Nala y su hermana al certamen de monologos de El club de la comedia... el resto de la historia ya os lo contara ella xD

Cuántas veces les han dicho sus hijos: "Mamá, las troncales las he aprobado todas..... lo que son las parciales... hombre, es que el profesor me tenía manía. Pero no te preocupes mami, yo me presento... ejem... en septiembre...". Y ahora ustedes pensarán que ¡coño! ¡Si el niño no ha hecho ni el huevo! Se acordarán de lo que les ha costado la matrícula ¡joder! Que este año no nos hemos podido permitir ciertos lujos como las compresas con alas; y de los días que el niño venía a las ocho de la mañana, apestando a calimocho, diciendo que venía de la biblioteca...

Señores ¡están muy equivocados! ¡Que la vida universitaria es muy dura! Lo que ustedes no ven es que tú llegas el primer día a la facultad, acojonado, con muy buenas intenciones diciendo frases que repetirás durante toda la carrera como: "A partir de mañana estudio todos los días" y "voy a entrar a todas las clases". Pero es que no saben la cantidad de factores que impiden que su hijo vaya a clase, por ejemplo: la cafetería, los madrugones, y esas malas influencias que te dicen: "¿Para qué vas a entrar?. Te lo estudias un par de días antes y ya está".

Pero no piensen mal, en la facultad se aprenden cosas muy útiles, como: a bostezar con la boca cerrada, a contar el paso del tiempo según el crecimiento de tus uñas, a potar sin salirse del cubo... y lo más importante: a hacer como que estudias.
Y en esto estás cuando llega Enero. Sacas la cabeza del cubo y empiezas a preocuparte un poco, vas a alguna que otra clase, llamas a tus colegas para reunir apuntes... Y en este sentido vas en plan agonía, lo quieres todo: "¿Quieres los apuntes de ampliación de...?" "¡Sí! y lo de los laboratorios también". Y qué le vamos a hacer si somos un poco gilipollas, porque es que cuando te vienes a dar cuenta tienes una serie de tochones encima de la mesa del copón. Y después de haberte pasado dos semanitas recopilando, te encuentras a una semana del examen con el tochazo y piensas "me cago en la puta, ¿cómo coño me voy a meter esto antes del examen? Igual es que el profesor me va a tener manía, fijo".

El tocho es bastante gordo, pues que haces, ¡no te lo vas a estudiar todo! Hombre por dios, lo que aquí importa es lo importante, o sea, lo que va en negrita. Y tú lo tienes muy claro, te dedicas a pasar páginas y donde hay una negrita le pasas el rotulador verde pistacho para que se vea bien, ¡a ver si te vas a quedar sin estudiar cosas! ¡Jamás! Pero llega un momento que ya no te va pareciendo tan importante lo que está en negrita porque todavía te quedan como veinte temas más por ver, entonces empiezas a cuestionártelo todo en plan: "¿de verdad fueron importantes los romanos? No sé, con saber que el imperio se cayó va que chuta, digo yo; pues ya está, los veinte primero temas, mejor los dejo porque es que me da mucho coraje estudiar para nada y es que fijo que no caen, vaya".

Bueno, y así pasa la semanita sin que tu realmente, hombre, lo que se dice estudiar, más bien los dos últimos días; eso sí, la concentración está a tope, ya no ves nada que no sea el examen y lo demás pues no importa mucho: ¿comer? Siempre que puedas pasar las páginas con el bocata de chorizo en la otra mano... ¿higiene personal? No sé no, para mí que eso está muy sobrevalorado... ¿dormir? ¿Y perder tiempo de estudio? Por favor, ¡qué yo soy una persona responsable, hombre!

Llega el día del examen, , y antes de entrar ya sabes quien es el capullo que va preparado y quien va tan pegado como tú (bueno, quiero decir, sabiéndose lo fundamental). Tampoco es que haya que fijarse mucho; tú vas con los pelos pegados de no haberte duchado en tres días, con el chándal puesto (no sé, para ir cómodo y eso) y con un cierto tic debido a los cuatro cafés que llevas en el cuerpo desde que decidiste que eso de dormir es rollo gay; y el que va bien preparado va el cabrón todo sonriente, bien vestido, con una serenidad, y siempre se te acerca y te suelta algo que te destroza como: "¿te has leído el tema diecinueve?" "¡Qué! ¡Pero si sólo había doce temas!?" . Y el hijoputa se va con la misma calma con la que ha llegado.

Y ya lo mejor es cuando estás haciendo el examen: Tienes dos opciones a cuál más divertida: la primera; la pregunta de desarrollo en la que tu piensas, "esto está tirado porque enrollándome..." que será: "el concepto de civilización romana y desarrollo hasta la época presente" o si no, el examen tipo test, que, "coño, eso está tirado, con saberse lo más importante..." y te encuentras lo siguiente:
Primera pregunta:
¿cuántas dinastías de faraones reinaron desde el siglo menos veinte al menos diez AC?
A) dos y la de Ramsés segundo
B) Las de la octava dinastía menos Ramsés segundo
C) Todas las respuestas anteriores son falsas, menos dos.

Total, que tú haces el examen pues de aquella manera y el día de las notas te buscas en la lista y... "¡pero no me jodas! Coño, ¡si lo bordé! Eso es que el profesor me tenía manía, pero mamá tú no te preocupes que las troncales, lo que son las dos troncales, las he aprobado todas las dos".

Escrito por Petulante Tuk a las 13 de Mayo 2004 a las 12:34 AM
Comentarios

Yo tengo mogollones de apuntes fotocopiados de a saber q y q asignaturas ^^ Se os ha olvidado es de cuando empieza el curso y conoces a alguien q hizo alguna asigantura antes y le pides los apuntes para ir adelantando... ¬¬ yo aun no he leido ni una frase de los apuntes q tengo "para ir adelantando"

Escrito por Tacirupeca a las 13 de Mayo 2004 a las 05:29 PM
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